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El programa económico de Felipe Kast

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En la víspera de las elecciones primarias de Chile Vamos, me parece interesante revisar algunos aspectos del programa de gobierno presentado por el candidato presidencial de Evópoli en materia económica. Antes, eso sí, advierto al lector que yo milito en este partido por lo que mi evaluación puede tener un sesgo natural.

Además, solo presentaré ideas que me parecen llamativas de cara a lo que se ha escuchado en otras candidaturas, quedando pendiente un análisis más exhaustivo.

El programa de Kast destaca en un primerísimo lugar el rol fundamental del crecimiento de la economía en la construcción de una sociedad más libre e inclusiva. Resiente que la tasa de crecimiento observada durante el gobierno vigente (1,9% anual promedio) ha significado a la fecha que los hogares chilenos cuenten con 10% menos de ingresos (1,3 sueldos mensuales perdidos en un año) que los que habrían tenido si la economía hubiese crecido al 4,4% materializado entre 2003 y 2013. Y la brecha podría alcanzar a 20% en 2021 si seguimos al ritmo actual. En este contexto, los dispendiosos proyectos de la NM  han llevado el déficit fiscal sobre 3% del PIB, lo que hace complejo cerrar el déficit estructural hasta bien entrada la próxima década. Esto obliga, según el programa de Kast, a plantear de entrada un recorte de 1% del gasto anual (ahorro de US$ 600 millones), doloroso pero imprescindible.

Se postula reformar la enrevesada estructura tributaria que heredaremos del gobierno de Bachelet, que no sólo ha incumplido sus objetivos de recaudación, sino que también ha desmotivado la inversión privada y dejado a los contribuyentes casi cautivos del arbitrio del SII. Ante eso, el programa propone volver a integrar el impuesto a la renta en 100% -equidad horizontal- e igualar la tasa corporativa con la tasa máxima de las personas en 27%. Con ello, se pretende eliminar los incentivos a que las personas eludan impuestos creando sociedades ficticias u otros vericuetos. Para fomentar la reinversión de utilidades, se plantea un mecanismo de depreciación instantánea y permanente de los activos fijos y créditos tributarios a la inversión en capital humano. Asimismo, se postula la consideración del costo de oportunidad del capital propio como gasto, para equiparar su trato con el del financiamiento de la inversión vía endeudamiento. Otro aspecto novedoso es la creación de un “administrador tributario único” que reúna las funciones del SII, Tesorería y Aduanas, autónomo, y cuya máxima autoridad sea seleccionada con base en sus méritos, ratificada por una mayoría calificada del Senado, y por un período similar al del Contralor.

En materia regulatoria, el programa hace suyo el planteamiento de la comisión de productividad en orden a instaurar una agencia que esté permanentemente revisando la frondosa regulación existente con el objeto de ajustar las normas para facilitar, en lugar de impedir, la desintermediación en áreas como los sistemas de pagos, servicios profesionales, hotelería, entre otros. Se propone introducir más competencia en servicios clave, como telefonía móvil y planes digitales, AFP, seguros de salud y los ya mencionados sistemas de pago. En tanto, en lo institucional se propone extender el período del fiscal nacional económico a seis años, para desfasarlo del ciclo político, y un esquema de asesoría especializada a los ministros de la Corte Suprema que deben fallar casos de libre competencia. El programa también plantea un ambicioso plan de concesiones de US$ 37.000 millones al año 2025, la mitad de ellos adjudicados al 2020. Se perfeccionarían los procedimientos en el sistema de concesiones, de manera de ganar más transparencia y al mismo tiempo agilizar su trámite. Por falta de espacio, no es posible abordar otros aspectos también destacables del programa. Pero no puedo terminar sin llamar la atención sobre el énfasis puesto en ciencia, tecnología y emprendimiento. En esto último, se propone, entre muchas otras cosas, crear una red de escuelas de emprendimiento a nivel municipal y una red escolar de mentores para el emprendimiento, con la idea de meter a los jóvenes el virtuoso “bichito” emprendedor.

En fin, un programa coherente, responsable y novedoso que vale la pena considerar seriamente. 

Por Felipe Morande

Fuente: http://www.latercera.com/voces/programa-economico-felipe-kast/