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Cristóbal Bellolio: “Mi esperanza es que una vez que termine esta elección, Evópoli pueda considerar seriamente la posibilidad de gobernar con otros aliados»

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Terminada las elecciones primarias, ahora comienza una nueva ruta política: la de las alianzas y los cupos parlamentarios.

El sendero, lejos de lo que muchos piensan, está lejos de ser calmo, sino que se ve sinuoso y lleno de baches.

Felipe Kast asomó la noche del domingo junto a Sebastián Piñera garantizando su apoyo en la próxima presidencial. Todo, mientras Ossandón ni se acercó a la sede piñerista.

No están fáciles las cosas para los votantes de Kast. El ex ministro se presentó durante la campaña de primarias como representante liberal, con varias propuestas valóricas que chocaban de frente con las ideas más restringidas de Sebastián Piñera.

Pero también aparecen otras agrupaciones que deberán empezar a ubicarse en el nuevo escenario posprimarias, como los grupos liderados por Lily Pérez y Andrés Velasco, expresiones liberales que aún no parecen tomar una ruta nítida.

Algunos han propuesto la idea de una gran confluencia liberal que podría gatillar un nuevo referente. Sí, puede que no sea de resultados inmediatos, pero según sus ideólogos está llamado a convertirse a futuro en una instancia política atractiva.

Así lo analizó hace unos días Bellolio: “La mayoría de los liberales chilenos se sienten frustrados ante la ausencia de candidaturas presidenciales que los representen. La coalición que lleva por nombre “Sentido Futuro” –que agrupa a Ciudadanos, Amplitud y Red Liberal- estaba llamada a portar dichas banderas. Por diversas razones que no vienen al caso, dicha alianza fue incapaz de parir una carta presidencial. Existen, sin embargo, otras fuerzas liberales. El Partido Liberal del diputado Vlado Mirosevic ha optado por integrar el Frente Amplio y apoyar a Beatriz Sánchez. Es una decisión políticamente legítima, pero que genera otras tantas preguntas legítimas sobre la consistencia entre ideología y estrategia. En la derecha agrupada en Chile Vamos, los pocos liberales que conozco participan del proyecto presidencial de Felipe Kast”.

En conversación con El MURO, el analista Cristóbal Bellolio entrega su mirada respecto del futuro de la nueva oleada liberal que se expands desde la derecha a sectores de la Nueva Mayoría, y hasta el Frente Amplio.

-¿Puede señalarse de manera clara cuál o cuáles de los candidatos que aspiran a llegar a La Moneda son verdaderamente liberales?

-Depende de qué entendemos por liberalismo. Y aun así, hay algunos temas que admiten distintas interpretaciones incluso dentro de la familia liberal. Respecto del tipo de liberalismo que a mí me representa, la opción de Felipe Kast me parece interesante. Aunque creo que se equivoca cuando fundamenta su rechazo al aborto en su liberalismo, sí creo que en muchas otras áreas sostiene posiciones liberales.

-A fin de cuentas, ¿qué define a un liberal de uno que no lo es?

-El tipo de liberalismo que a mí me representa es igualitario. Es importante distinguirlo de otras vertientes clásicas o libertarias. Un liberal igualitario comparte los principios centrales de individualismo normativo así como de igualdad moral y democrática de los ciudadanos. Eso lleva a los liberales a rechazar el autoritarismo, el abuso de poder, el paternalismo, la discriminación entre ciudadanos de primera y segunda categoría, entre otras cosas. El liberal igualitario tiene una idea de justicia que está asociada al principio de imparcialidad del estado en su trato con los ciudadanos. Esa idea de justicia está también asociada a igualdad de oportunidades y al derecho de cada ser humano de llevar adelante su proyecto de vida, lo que puede requerir de intervenciones positiva sobre las fuerzas de mercado para generar esas condiciones. Esto entre muchas otras cosas. En lo personal, he llegado a entender el liberalismo como un proyecto principalmente “justificatorio”, es decir, un proyecto que busca justificar el ejercicio del poder a personas con ideas distintas sobre la vida buena. Sin esa justificación, que tiene elementos procedimentales y sustantivos, no hay legitimidad posible.

-¿Por qué cree que la alianza liberal “Sentido Futuro” fue incapaz de levantar una carta presidencial propia?

-A primera vista, porque ni Andrés Velasco ni Lily Pérez quisieron aceptar el desafío. Suena crudo, pero es probablemente la explicación más certera. No digo que haya sido mala voluntad o ausencia de valentía. Ellos tienen sus razones y son muy atendibles. Habría sido distinto si Velasco no hubiese pasado por lo que le tocó pasar a propósito del famoso almuerzo. Quizás hoy sería candidato, ocupando justamente un espacio expectante en el centro político. En cualquier caso, echarles la culpa a ellos es injusto. Ellos se han sacado la mugre formando dos partidos que son la estructura básica de Sentido Futuro. Si no fuimos capaces de parar un candidato presidencial, es una responsabilidad compartida de todos los que integramos la coalición. Pensamos en otros nombres, pero ninguno prendió ni siquiera en la interna.

-Pero hay señales confusas. Por ejemplo, el Partido Liberal decidió ser parte del Frente Amplio…

-En la elección de 2013 fueron en alianza con el PRO de Marco Enríquez; no sería correcto decir que abandonaron el redil, pues nunca han estado en él. También hay que considerar que Vlado Mirosevic tiene ciertas necesidades electorales y en este momento sus socios más atractivos son Jackson y Boric. Pero además Vlado sospecha que algunos de los miembros de Sentido Futuro terminarán sumándose a Piñera. Si Amplitud lo hace, le estarán dando la razón a sus aprensiones. A mí me interesa un gran referente liberal donde el Partido Liberal sea protagonista, y espero que en el futuro podamos crear las confianzas necesarias para integrar un mismo proyecto.

-Lo extraño es que otro grupo de liberales están Evópoli, que es parte de Chile Vamos. ¿Puede un liberal sentirse atraído por un líder como Felipe Kast que convive electoralmente con la UDI?

-Evópoli es uno de los pocos lugares habitables que hay en la derecha para los liberales. El resto es inhóspito. En eso concedo la premisa de tu pregunta: es muy poco atractivo para el mundo liberal participar de una coalición donde manda un partido conservador, semi-autoritario y que incluso en su liberalismo económico es más bien pro-negocios antes que pro-competencia. Mi esperanza es que una vez que termine esta elección, Evópoli pueda considerar seriamente la posibilidad de gobernar con otros aliados.

-Felipe Kast entró en polémica hace poco al decir que estaba en contra del proyecto de aborto del gobierno precisamente por ser un liberal. ¿Se equivocó con esta posición?

-Creo que sí, al menos respecto de las tres causales de despenalización que promueve el gobierno. No se puede ser liberal y al mismo tiempo defender una posición que exige las mujeres un deber de sublimación, pues aquello rompe con la noción más básica de igualdad democrática.

-Usted propicia la idea de un gran frente liberal. ¿Andrés Velasco entra en esa ecuación?

-Por supuesto. Velasco fue el candidato oficial de Red Liberal en 2013 y probablemente lo habría sido de nuevo en 2017. A mí me gusta lo que está haciendo Felipe Kast y le tengo especial admiración a la senadora Lily Pérez, pero mi candidato presidencial sigue siendo Andrés Velasco. Su figura es central en el proyecto liberal que estamos construyendo. Hoy, ese proyecto lo integran Ciudadanos, Amplitud y Red Liberal, pero a mí me gustaría extenderlo hacia la izquierda con el Partido Liberal y hacia la derecha con Evopoli. Bueno, soñar no cuesta nada.

EL MURO