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La derecha que voto por el NO (parte 2)

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El Partido Nacional nunca se declaró opositor ni oficialista, sino que se denominaba independiente y de centro, dado que apoyaba el golpe de 1973 pero se negaba a apoyar al gobierno. Fue quizás esa postura lo que hizo que nunca lograra una identificación con la ciudadanía, pues, como lo demuestra la alta inscripción en el plebiscito del 88, la sociedad pedía una identificación, una posición.

Llegaron las primeras elecciones internas en el Partido Nacional, donde  King y Philips postularían a la presidencia del partido. King se oponía fuertemente a la fusión con Renovación Nacional y, según trascendía en la prensa, era también partidario de unirse al AD. Por otro lado, Philips tenía como meta lograr una línea independiente para el partido.

Durante la convención nacional, fueron varios los que llamaron a la fusión con RN. Esto provocaba una fuerte incomodidad en Germán Riesco, quien, según consigna El Mercurio, buscaba mover sus hilos para lograr mantener la independencia respecto de RN. El 17 de mayo, segundo día de la convención, el mismo medio de prensa destaca que la postura que predomina es la separación de RN y la mantención de la línea propia.

El día siguiente, Phillips fue electo presidente y, a pesar de lo informado anteriormente por El Mercurio, el voto político del partido facultó a la directiva para negociar la fusión con RN bajo diferentes condiciones, como la de respetar las campañas libres.  Si bien, a través de los medios se creaba la sensación de que Riesco se encontraba en una línea distinta a la de Phillips, lo concreto es que Riesco fue propuesto como vicepresidente por el propio Philips. Además, tras leer la prensa, queda claro que Riesco, en pos de buscar mantener la unidad del Partido Nacional, buscó mover votos para los sectores de Phillips, los cuales eran más cercanos a la fusión con RN a cambio de ciertas condiciones democráticas. Sin embargo, de aquí en adelante, las aguas del PN fueron bastante turbulentas.

El 21 de julio se hace pública la renuncia de los tres vicepresidentes que habían ingresado con Philips, lo que desata una pequeña crisis interna en la que se ve cuestionado el liderazgo dentro del partido. A raíz de todo esto, se crearon dos nuevas corrientes dentro del PN: la de los nuevos dirigentes y la de los viejos, encabezados estos últimos por Germán Riesco. Se logra apreciar, además, la crítica hacia Phillips por la desorganización y el rol jugado en el comité de elecciones libres.

Después de un largo silencio en la prensa, Germán Riesco solicitó un rápido consenso con las Fuerzas Armadas, un acuerdo entre los militares y la sociedad civil, en torno al nombre del candidato para el plebiscito. Dicha postura, por lo que se puede rescatar  de la prensa, no fue atractiva para la ciudadanía, pues los procesos de firmas para constituir el PN eran de una cantidad bastante baja.

Las divisiones en el PN fueron en aumento, mientras que las facciones del sur empezaron a manifestar su posición por el No, los nacionales del norte aseguraron que trabajarían por el Sí. Esta situación se agudizó para el 19 de septiembre, día en que la Juventud del PN reafirmó que votaría por el No en caso de que el candidato era Pinochet, posición con la que se avaló un pacto realizado en Concepción ente la DC, SD y PR sobre el tema del plebiscito.

El 26 de enero de 1988, en el diario El Mercurio, Germán Riesco comentó de manera bastante fuerte y, quizás por primera vez, con vehemencia, que el PN votará por el “No” si es que Pinochet es el candidato al plebiscito. Para Riesco, el Partido Nacional debía tener como fin la búsqueda de un candidato de consenso, por lo que cualquier candidato que no fuese de esa línea debía ser rechazado. Tras cartón, el tribunal del partido salió a comentar las declaraciones hechas por Riesco, indicando que tales declaraciones eran efectuadas a título personal y que el partido aún no tenía una decisión final. Este fue el primer síntoma de una frase que acuñó uno de los diarios de circulación nacional: “Quien domina los tribunales, domina el partido”.

Mientras tanto, la JPN llamó a su partido a inscribirse por el No y a realizar fervientemente una campaña por la vuelta a la democracia, comentando además que la solidaridad con el golpe no es incondicional.

Una nueva crisis se desató en el PN con la renuncia al Comité Político del presidente de la JPN, quien comentó que fue expulsado por el presidente. Busch, presidente de la juventud,  comenta que Phillips quiere descabezar a la Juventud que trabaja por el No. Tras diferentes acusaciones cruzadas, Busch terminará siendo expulsado del PN, expulsión que traerá grandes consecuencias, dado que King y el PN Ñuble se muestran en contra de esta decisión.

Ya el 21 de mayo, otro choque entre las diferentes tendencias se produce. Presuntamente Philips renunció verbalmente a la presidencia del PN tras salir raudamente de la comisión Política, pero sin realizar el trámite legal necesario. Esta renuncia habría sido rechazada y se le habría formulado la petición de que se mantuviera en el cargo. Posteriormente, esto fue desmentido por el propio Phillips, quien acusó de tener  infiltrados en su partido.

Las aguas en el PN no logran calmarse y, mientras Phillips trata de establecer que la definición por el «Sí» o por el «No» sea después de la nominación del candidato, King vuelve del sur para busca un voto político por el No.

El 14 de junio, King hace real su disposición de ir como candidato a la presidencia nacional y enfrentarse a Phillips nuevamente, lo que se ve limitado por la gran cantidad de consejeros que Phillips logra. Con el acercamiento de la fecha de la convención se empieza a ver una fuerte división entre aquellos que apoyaban el Sí y los que lo hacían con el No, creando la sensación de que existían facciones fuertemente distintas que no estaban dispuestas a ceder.

Tras el primer día de consejo,  gana la idea de que el candidato debe ser de consenso y que, de lo contrario, se debe apoyar el No. Tras esta decisión, es ratificado Phillips en el puesto de presidente, con un respaldo cercano al 55%, a pesar de que la mayoría de los delegados querían apoyar el No. Esto se explica nuevamente por las acciones de Riesco, quien buscaba mantener unido el partido, a pesar de tener mayor cercanía con King.

Tras la expulsión del presidente de la  JPN de la Comisión Política y del partido, se  nombra un interventor en la Juventud. Luego de esto, y tras la convención nacional, la JPN se declaró a favor del Sí en caso de que no se logre el consenso, además de aprobar una censura contra el vicepresidente Germán Riesco, quien días atrás había mantenido su opción: de ser Pinochet el candidato, apoyaría el No. Finalmente, se produjo un quiebre en la JPN en dos facciones que se acusaban mutuamente de ser minoritarias. Esta situación dejó en un lugar incómodo a Riesco, dado que él había hecho lo necesario para bajar la tensión y evitar que esta división mostrara la realidad en el PN adulto.

Posteriormente, Riesco denunció una infiltración del gobierno en el interior del Partido Nacional, indicando que esta pone en peligro al partido y dificulta el accionar de aquel. Además, Riesco teme que las divisiones aumenten y se niega a hablar sobre el estado actual del presidente Phillips, esto por los rumores de que este último, a través de su esposa, había movido hilos para que la JPN se pronunciase por el Sí.

Tras las tensiones generadas por el maquineo en la JPN para que ésta decidiera apoyar el Sí, el 4 de agosto Phillips es censurado, movida que fue liderada por el mismo Riesco. Las razones de la moción se basaron en que sectores internos del PN y cercanos a Phillips manifestaron su deseo de apoyar el Sí en caso de no lograr el candidato de consenso, lo cual fue refutado en la Comisión política dado que el voto político de la Convención nacional apuntaba a que, de no haber consenso, debiese apoyarse el No.

La censura impulsada por Riesco rompió la alianza entre éste y Phillips, el cual salió electo tras el apoyo que el ex diputado le dio en el consejo, en desmedro de la opción de King. Sin embargo, el Tribunal Supremo rechazó los acuerdos tomados por el Consejo Político argumentando que esas no eran las instancias para desarrollar dichas censuras.

Los ánimos siguieron caldeados, especialmente porque el Tribunal Supremo reconoció como presidente de la JPN al que salió electo en la convención paralela, donde Carmen Saiz fue su principal aval. Luego de eso, algunos dirigentes internos que apoyaban el Sí pidieron la renuncia de Riesco basados en que se le acusa de realizar trabajo sucio para quitar el poder a Phillips, maquinando acciones de bajo nivel.

El 18 de agosto, en una nueva reunión de la Comisión Política, fue censurado Phillips, asumiendo el poder Germán Riesco. Sin embargo, el tema fue que de los 26 miembros de la comisión, sólo se presentaron 11, los que casi en su totalidad apoyaron la censura, asunto que dio pie para alegar falta de legitimidad en la decisión.

Phillips atacó diciendo que la Comisión Política no da espacios para realizar una censura y restó validez a cualquier acuerdo que se pudiese lograr. Finalmente, el Tribunal Supremo desconoce la censura y mantiene a Phillips como presidente, condenando el actuar de la Comisión Política.

Al avanzar el tiempo y, en espera de la nueva Convención Nacional, las divisiones aumentan y claramente la razón es el plebiscito.  Las discrepancias internas son duras, existiendo tomas y retomas por parte de los militantes del PN de su propia sede. El Tribunal Supremo llama a Riesco y lo insta a retractarse de su llamado a una convención para establecer el remplazante de Phillips, puesto que, para la facción de Riesco, la censura realizada a Phillips era completamente legítima. Además, indicaban que el Tribunal Supremo no tenía jurisprudencia para pronunciarse sobre la labor de la comisión política.

En una acción que termina marcando el fin del Partido Nacional, el Tribunal Supremo termina destituyendo al Secretario General, hombre de la línea de Riesco.

Finalmente, el 26 de Agosto, el Tribunal Supremo expulsó del partido a Riesco, King y Julia Correa, además de otras ocho personas, por no reconocer a Phillips como presidente. A la vez, amenazó con expulsar a todos quienes asistan a la convención paralela que la Comisión Política había convocado. Ese mismo fin de semana se llevó la convención llamada por el destituido  Riesco. En esta convención, a la que llegaron 161 personas (más de la mitad con derecho a voto, pues en total eran 299), fue electo Riesco como presidente del PN. Tras la designación de Pinochet como candidato, la facción de Riesco llamó a votar por el No.

El 11 de septiembre, el Partido Nacional de Phillips decidió votar por el Sí, argumentando  que Pinochet es el candidato de consenso, con lo que se crearon oficialmente dos movimientos: los nacionales por el Sí, liderados por Phillips y los nacionales por el No, liderados por Riesco.

El 29 de septiembre se puede ver un anuncio de los nacionales que indica: “No arriesgue un progreso económico que se consiguió con tanto sacrificio. La empresa privada no podrá subsistir en el tiempo sin libertad y justicia social. VOTE NO. Nacionales por el No. Garantía de Moderación”. En otro anuncio del diario vemos: “A los comunistas les interesa el continuismo. No a los comunistas. No al Continuismo. Nacionales por el no. Garantía de moderación”.

Después encontramos propaganda del PN por el Sí acusa:

“Los que dicen no, no son nacionales. Ellos no pueden garantizar algo, porque usan un nombre que no les pertenece. Cuando estuvieron en el gobierno endeudaron a los agricultores, cambiaron su previsión a un banco que después quebró. A otro banco también lo quebraron. ¿Puede usted confiar en ellos? El único camino es votar ¡Si! El partido nacional da garantías de democracia”.

Tras el triunfo del No, el PN de Riesco aparece más en medios y el líder es mostrado como figura. Además, se suma a las críticas que hace la DC, indicando que es necesario modificar la Constitución para hacer más factible el transcurso a la democracia.

Las realidades entre el PNSI y el PNNO  eran muy diferentes. Por un lado, el PNNO incitó a Riesco a proclamarse pre candidato presidencial y, tras distintas reuniones, el partido es invitado formalmente a participar en la Concertación, para lo cual quieren saber quién será el candidato de ésta. Paralelamente, Díaz del PNNO aclara que si pierden el derecho de llamarse nacionales, buscaran la fusión con el Partido Liberal que lidera Hugo Zepeda.

Mientras tanto, en el PNSI, Phillips es censurado nuevamente por Silvio Rodríguez y Ballas quienes constantemente  insisten en su renuncia, siendo tal el nivel de enfrentamiento, que Ballas habla de expulsar a Phillips. Sin embargo, quien resultó expulsado fue el mismo Ballas, luego de que el TS fuese modificado, quedando nuevamente a favor de Phillips. En Temuco, nuevamente otra asamblea auto convocada, tal como la que lideró Riesco, destituye a Phillips. Todos los militantes de esta asamblea fueron amenazados con la expulsión.

Finalmente, el PN termina con tres presidentes, mientras que Riesco ha decidido llevar su facción a la fusión con otros movimientos para un gran Partido Liberal, pero esa es otra historia y es otra elección.

La derecha que votó por el No fue un grupo minúsculo entre quienes desearon desarrollar una opción diferente a las ideas social demócratas o cristianas. Esta derecha, era una que era orgullosa de su pasado cultural, que se definía como una derecha republicana y abierta al mundo, que si bien no rechazaba que había apoyado el golpe, sí reconocía que se había demorado en darse cuenta en la necesidad de volver a la democracia.

¿Sirve de algo recordar a estos personajes que ahora están desparecidos de la plaza pública? Sí, porque es necesario demostrar que desde el inicio del proceso de transición chilena hubo personas que creyeron que la libertad no era divisible.