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Trudeau activó aranceles contra EEUU y dice que no ve sentido común en Trump

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A partir del pasado domingo, Canadá ha comenzado a imponer aranceles a productos estadounidenses por valor de 13.000 millones de dólares en respuesta al proteccionismo de Washington.

La fecha elegida por el Gobierno del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para la entrada en vigor de los aranceles no fue elegida al azar, ya que coincidió con la celebración de su fiesta nacional.

Y el lugar tampoco fue casual: Trudeau conmemoró el 151° aniversario de la creación del país en la pequeña localidad agrícola de Leamington, al suroeste de Toronto, cerca de la frontera con EEUU, donde visitó una planta de pasta de tomate y otros productos alimentarios, que hasta hace cuatro años eran una de las principales factorías de kétchup de la multinacional estadounidense Heinz, que abandonó el país.

La ministra canadiense de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland, afirmó que Canadá no tiene otra opción frente a los gravámenes impuestos de manera unilateral por el presidente Trump al acero y al aluminio y el primer ministro Justin Trudeau manifestó su preocupación porque “no ve señales de sentido común en EEUU; los aranceles son inaceptables”.

Las declaraciones de Freeland se hicieron precisamente el pasado viernes en Hamilton, el principal centro de acero del país. La respuesta a la política proteccionista de Donald Trump por parte de Canadá ha sido contenida, recíproca y equivalente a la acción estadounidense. Freeland advirtió que “no buscamos una escalada, pero tampoco retrocederemos”.

Los gravámenes anunciados por el Gobierno canadiense son por un valor total de 16.600 millones de dólares, el equivalente al impacto de los aranceles fijados sobre Canadá en un año e implican a  productos estadounidenses elaborados con acero y aluminio (incluyendo tuberías, cables, puertas, clavos y ventanales), pero también afecta a otros productos como café, salsas, kétchup, pizzas, detergentes, almohadas, bebidas espirituosas, servilletas, bolígrafos, mermeladas, mostaza, chocolate, podadoras, herbicidas, papel higiénico, lavavajillas y cosméticos.

La ministra aprovechó para anunciar también un paquete de ayudas para las empresas canadienses de aluminio y acero afectadas por los gravámenes del gobierno Trump que consistirán un fondo de créditos, apoyos a proyectos de innovación y seguros de desempleo. Los recursos serán distribuidos a través del Banco de Inversiones de Canadá, la Agencia de Desarrollo Económico y el Fondo Estratégico de Innovación.

En el día de su Fiesta nacional, los tres máximos responsables políticos de Canadá se repartieron los roles con precisión. El mismo viernes, François-Philippe Champagne, ministro de Comercio Internacional, visitó Saguenay (Quebec), donde se elabora gran parte del aluminio canadiense, para reiterar que el gobierno federal ofrecerá el apoyo necesario a este sector perjudicado por los aranceles de EEUU.

También varios líderes políticos de diferentes provincias canadienses reaccionaron a este nuevo y complejo escenario comercial provocado por Trump. El primer ministro de Quebec, Philippe Couillard, calificó de “completamente ilógica” la decisión de la Casa Blanca”. Para la primera ministra de Ontario, Kathleen Wynne se trata de “un ataque a la industria de Ontario del acero y a sus trabajadores. No es el gesto de un amigo, de un aliado o de un socio económico”.

Todavía resuenan en los canadienses, las ofensas propinadas por Trump a su primer ministro Trudeau al que llamó “deshonesto”, “débil” y “suave”, en un ataque que sumado a los aranceles, constituyen una herida diplomática que será difícil de cerrar.

Freeland aprovechó la conferencia de prensa en Hamilton para reiterar la visión canadiense: “El pretexto de la seguridad nacional no solo es absurdo, es también hiriente. Los aranceles son ilegales en virtud de las reglas de la OMC y el TCLAN. Hemos presentado quejas para impugnarlos” y agregó que Washington tiene la solución, anulando los gravámenes.

El Gobierno canadiense mantiene una permanente comunicación con sus socios mexicanos y con los líderes europeos, afectados por las inconsultas medidas proteccionistas de EEUU. Pero a la vez, no puede romper los puentes con EEUU hacia donde dirige el 72% de sus exportaciones.

Pero la actual situación les resulta incomprensible. Como señaló Trudeau: “Durante los últimos 150 años, Canadá ha sido el socio más sólido de EEUU. Es inconcebible”. Y recordó como en los conflictos bélicos mundiales, los canadienses han luchado junto a EEUU: “Tenemos que creer que en algún momento prevalecerá el sentido común. Pero no vemos actualmente ninguna señal de sentido común por parte de EEUU”.

Está claro que Canadá no aceptará las desviaciones nacionalistas y proteccionistas de su aliado histórico y mayor socio comercial. Una profunda grieta se ha abierto entre Washington y Ottawa y que el futuro de esa alianza, se ha vuelto imprevisible.

 

Fuente: MarcoTradeNews