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Trudeau hace el papel de Trump y éste enfurece

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Quebec, Canadá. El pasado sábado el presidente Trump confrontó al primer ministro canadiense Justin Trudeau y amenazó con imponer sanciones a las importaciones de automóviles extranjeros, coronando con tal escenografía una reunión agria entre los países del G7 (Estados Unidos, Canadá, Francia, el Reino Unido, Japón, Italia y Alemania) deshilachando aún más los lazos entre Estados Unidos y sus aliados más cercanos.

Enfurecido, Trump dio la orden a sus colaboradores de retirar su firma del acuerdo final de la reunión por estar en total desacuerdo con las palabras de Justin Trudeau durante una conferencia de prensa la tarde del sábado.

“Basándome en declaraciones falsas de Justin durante su conferencia de prensa, y también por el hecho de que Canadá esté cobrando aranceles a nuestros agricultores, trabajadores y compañías estadounidenses, he instruido a nuestros Representantes de Estados Unidos no respaldar el Comunicado (conjunto)”, escribió en Twitter al abandonar la cumbre.

Trump no especificó en su tuit qué declaraciones de Trudeau estimaba falsas, pero sí dejó escrito que consideraba al primer ministro de Canadá como un político “débil” y que las políticas comerciales que su país está aplicando responden a las prácticas desleales de Canadá.

¿Por qué se enojó Trump?

El sábado, Trudeau criticó la reciente decisión de Trump de aplicar aranceles al acero y al aluminio a la Unión Europea, Canadá y México, diciendo que era “insultante” que Trump justificara tal decisión por cuestión de seguridad nacional para Estados Unidos.

“Los canadienses somos personas educadas, somos razonables, pero no nos gusta ser empujados”, dijo Trudeau en su conferencia de prensa al final de la reunión.

“Destaqué directamente al presidente (Trump) que los canadienses no tomaron a la ligera la decisión de Estados Unidos de imponer aranceles al acero y aluminio”, dijo Trudeau. “Particularmente, (ellos) tampoco tomaron a la ligera que la imposición de aranceles obedeció a la seguridad nacional. (Un país como Canadá) ha estado hombro con hombro con los soldados estadounidenses en tierras lejanas desde la Primera Guerra Mundial, resulta algo insultante”.

Trump fue informado de lo expresado por Trudeau y acto seguido estalló. El estadounidense ya se encontraba en el avión que lo llevaría a Creta para realizar una escala técnica para recargar combustóleo.

El objetivo de la cumbre del G7 era resarcir las diferencias de tipo comercial que se han ampliado desde la llegada de Trump a la Presidencia. En cambio, las sesiones terminaron en una guerra de palabras entre Trump y Trudeau.

Lo interesante de los entornos, anterior a la cumbre y posterior, es que, en el primero, Trump expresó su intención de trabajar para que todos los integrantes del G7 eliminaran los aranceles entre sí a las importaciones, asegurando que él, a cambio, haría lo mismo. Al mismo tiempo advirtió que cortaría lazos comerciales con las naciones que no modificaran su actual política comercial, argumentando que se habían aprovechado de las administraciones anteriores para tomar ventaja su país.

“Somos como la alcancía de la que todos roban”, dijo Trump durante una conferencia de prensa. “Y eso ya terminó”.

Rusia, sin estar, sí estuvo

Desde el viernes, Trump pidió a los integrantes del G7 el regreso de Rusia luego de que fuera expulsada en el 2014 por anexarse la Crimea ucraniana. De los seis países, sólo Italia manifestó su apoyo a Trump. El segundo elemento que no gustó a los integrantes del G7 fue que abandonara la reunión dedicada al cambio climático global, y Trump lo hizo para volar a Singapur y acudir a la cumbre nuclear con el líder norcoreano Kim Jong-un que sostendrán en unas horas.

Otro elemento que fue mal visto por los integrantes del G7 fue la advertencia que lanzó Trump sobre la imposibilidad que tiene su país de perder guerras comerciales asegurando que el tamaño de la economía la hace ser superior.

“Ganaríamos esa guerra 1,000 veces de cada 1,000”, dijo Trump.

Es casi seguro que Trump necesitaría ayuda del Congreso para cortar por completo el comercio con alguno de los aliados de Estados Unidos; sin embargo, ya ha realizado cambios significativos en la política comercial de su administración, trabajando en torno a la oposición bipartidista del Congreso, mediante la invocación de una disposición que antes no se usaba y que permite a los presidentes tomar decisiones comerciales si lo consideran necesario para proteger la seguridad nacional.

Ahora, los líderes del G7 y de otras partes del mundo se enfrentan a una serie de decisiones comerciales que mantendrán el sistema económico mundial existente o lo remodelarán, con millones de puestos de trabajo y billones de dólares como costo.

Por lo pronto, la relación entre Trump y Trudeau se encuentra en un mal momento. Uno de los dos vecinos del estadounidense.

 

Fuente: El Economista