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Los 17 años de la PSU: críticas y promesas de equidad

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Por:Carlos Said

El examen ha sido acusado de discriminar a alumnos de liceos técnicos. Uno de ellos incluso demandó al Estado ante la CIDH. Sin embargo, los expertos apuntan a la desigualdad escolar.

Medir aptitudes o medir aprendizajes. Ése es el debate que ha cruzado la historia de los sistemas de admisión a la educación superior, y que hoy vuelve a ser motivo de discusión con la rendición de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), que con 297 mil inscritos será la más masiva de sus 17 versiones.

El examen viene evaluando los conocimientos adquiridos en la enseñanza media desde 2003. Entonces quedó atrás la Prueba de Aptitud Académica (PAA), cuya meta -por 35 años- fue identificar las habilidades que los postulantes tenían para la vida universitaria. El cambio de instrumento buscaba medir de forma más pareja a los postulantes en torno al currículum escolar, pero el cambio no estuvo exento de críticas.

Una de las más fuertes salió de los estudiantes de liceos técnico-profesionales, por el efecto que tuvo en su competitividad. Si bien comparten contenidos curriculares con los colegios científico-humanistas, por su naturaleza no siempre aprenden al mismo nivel, y al ser medidos en un test común, quedaron en desventaja.

La cantidad de estudiantes en esta situación no es menor, pues el 27% del total de los inscritos para dar la PSU este año (81 mil alumnos) provienen de ese sector educacional. Esa desigualdad percibida motivó incluso a que, en 2012, una estudiante de un liceo técnico demandara al Estado chileno ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por lo que consideraba una discriminación del Consejo de Rectores (Cruch) hacia ellos.

La estudiante es Carol Venegas, quien afirma que las autoridades a cargo de la PSU “supieron desde siempre que la prueba iba a dejar en desventaja a los estudiantes técnico-profesionales y aun así la siguieron aplicando. Fue una irresponsabilidad tremenda”.

¿La PSU incumplió su promesa? Para Andrea Ruffinelli, doctora en Ciencias de la Educación de la Universidad Alberto Hurtado, el problema no está solo en el instrumento, sino que en la desigualdad educacional del país.

“Aunque se cumpliera con medir lo que el currículum exige, de todos modos se vuelve a reproducir la inequidad, porque el sistema educacional es inequitativo. Se vuelve a medir el nivel socioeconómico y el capital cultural. Necesitamos modificar el instrumento para hacerlo más justo, pero eso es tremendamente difícil con un sistema educativo injusto”, plantea.

 

Un nuevo sistema

El futuro inmediato promete un nuevo cambio al sistema de admisión. Esta será la PSU en manos del Cruch, pues desde fines de año pasará a manos de la Subsecretaría de Educación Superior y, en dos años más, debería tener un rediseño profundo, para intentar abordar las críticas que se le han hecho.

Por ejemplo, entre los cambios que se aplicarían estaría la división del test de Matemáticas en dos pruebas, una obligatoria y otra optativa para las carreras ligadas a la materia, además de la incorporación de un examen de Escritura, que se aplicaría durante 4° medio.

También habrá cambios en el sistema de admisión: el Mineduc y los rectores están diseñando un mecanismo para las universidades, donde se consideraría la prueba y las notas, y otro método para las instituciones técnico-profesionales, que sería más una plataforma de información centralizada que un sistema de selección.

¿Cómo debería ser el ingreso a la educación superior? La académica de la UC Verónica Santelices es parte de las expertas que propuso cambios a la PSU y plantea que esta es una oportunidad para “incorporar a todas las instituciones a un sistema, pues hoy la admisión está fragmentada”.

“Hay un sector importante de la población que postula a instituciones, como las del sector técnico, y no las vemos. Estamos ciegos en un área donde se concentran los alumnos más vulnerables. Si ponemos un foco ahí, podremos mejorar el diseño de las políticas públicas”, dice.

Para Carol Venegas, un sistema de admisión ideal es el que considere las capacidades de los estudiantes, similar a lo que buscaba la PAA, “porque hay muchos jóvenes con talento, pero ninguna prueba que evalúe ese talento de manera transversal”.

 

La historia de los sistemas de admisión chilenos
1850-1966: El Bachillerato

Fue diseñado por la U. de Chile como un examen oral en lengua materna, lengua extranjera e Historia de Chile.

Enero de 1967: La primera AA

Debido a las críticas al Bachillerato, la U. de Chile diseñó este examen, que puso a disposición de otros planteles.

Noviembre de 2000: SIES, el test que no fue

El Sistema de Ingreso a la Educación Superior fue una propuesta de test hecha por expertos, pero desechada.

Diciembre de 2003: La primera PSU

La prueba fue desarrollada por el Demre de la U. de Chile y se centró en contenidos mínimos escolares.

Diciembre de 2013: ranking de notas

Buscando favorecer la equidad, el Cruch incorporó este instrumento, que se pondera con la PSU y las notas.

Abril de 2019: nuevos cambios a la PSU

El Cruch acordó estudiar nuevas modificaciones, como dividir la prueba de Matemáticas y crear una de Escritura.

Fuente: La Tercera